Ya no queda nada de ella en mí. Ahora me abro al mundo y me dejo llevar. Ya me liberé de todos sus recuerdos y sus miedos que hice míos por amor. Ya no tengo nada de ella que me encadene al mundo silencioso de su pasado. Sobreviví para poder vivir mi vida, no la vida que habita en sus recuerdos.
Soñaré un mundo nuevo en el que no esté y me perderé en la felicidad de donde ella me sacó al abandonarme sobre sus desperdicios. Me bañaré en la lluvia de los besos que me quedan por dar, me secaré con la toalla de las caricias que me quedan por recibir, haré latir mi corazón con los abrazos de los que me quieren y a los que quiero.
Perdido, sin querer encontrarme, viviré desde ahora para ser una vez más yo mismo. Aquel que nunca debería haber dejado de ser, aquel que me hizo ser como soy.
Gracias a todos los que me quieren sin pedir nada, porque sin quererlo ellos, yo, les daré todo.
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